
La venida del Espíritu Santo en la Confirmación, con sus dones y frutos propios, tiene como objetivo específico la formación de cristianos maduros y responsables, así como lo fueron finalmente los Apóstoles a la salida del Cenáculo. Como en ellos también la madurez de los confirmados se expresa en el apostolado consciente y activo, como testimonio vigoroso del Señor resucitado y de su Evangelio.
DE LA XXIII JMJ 2008 - MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
A cuantos, jóvenes como vosotros, no han recibido la Confirmación, les invito cordialmente a prepararse a recibir este sacramento, pidiendo la ayuda de sus sacerdotes. Es una especial ocasión de gracia que el Señor os ofrece: ¡no la dejéis escapar!
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